Llevo intentando levantarme temprano de forma sistemática durante muchísimo tiempo (más del que me gustaría reconocer); siempre sin éxito. Únicamente desde hace unos meses he logrado hacer progresos y construir una rutina que, aunque todavía está por ajustar, me ha permitido comenzar el día de la forma en la que siempre he deseado: como conquistador en lugar de como víctima.

Abajo tienes mis experiencias en la búsqueda del dominio del día desde su inicio, lo que me ha funcionado y lo que no, y sobre todo, cómo he logrado progresar y por qué.

Como siempre, mi objetivo no es dar lecciones a nadie, sino ofrecer mi caso personal por si resuena contigo y te sirve de ayuda.

Sí, soy noctámbulo

Soy una persona nocturna, no lo niego. Durante el día puedo ser víctima del cansancio pero, a medida que la noche se acerca y, al contrario que el resto de personas, mi cuerpo se vuelve progresivamente más despierto y alerta. Algunos dicen que es cuestión de biorritmos, otros que todo viene grabado en mis genes. Lo único que está claro es que mi cuerpo siempre ha funcionado así.

Durante años he tratado de cambiar esta característica de mi organismo que forma parte de mi propia identidad, pero es bastante complicado. Al convivir en pareja ciertamente he conseguido “normalizar” la situación pero sigue estando ahí y lo noto cada noche y cada mañana. En las ocasiones en las que he tenido que trabajar toda la noche he sido extraordinariamente productivo. La quietud, la oscuridad y el silencio son mis mejores compañeros de oficina; hay algo mágico en estar activo cuando todos los demás están durmiendo.

Es al llegar la mañana cuando siempre he tenido dificultades pero, para entenderme, necesito que te pongas en mi lugar. Yo, a diferencia de cualquier persona que trabaje por cuenta ajena, no tengo porqué levantarme temprano. Nadie me obliga. Nadie se va a quejar. No tengo la obligación. Quizás te parezca un detalle sin importancia pero te aseguro que tu subconsciente lo sabe perfectamente y, cuando el despertador suena, inconscientemente sabes que no pasa nada si apagas la alarma y duermes unos minutos más.

¿Por qué?

¿Por qué levantarse temprano?. Los argumentos científicos hablan de un alineamiento más natural entre el despertar personal y la salida del sol. Por otro lado es de sobra conocido que la mayoría de personas de éxito son en su gran mayoría early risers.

Aunque todo lo anterior anima, en mi caso no me ha servido. Está bien saber que es mejor para tu organismo si te sincronizas con el ciclo solar. Es genial, e incluso motivador, saber que personas como Jeff Bezos, Tim Cook o Richard Branson se levantan realmente temprano, pero no pasa de ahí: sólo es un dato curioso que olvidarás pasados unos minutos.

¿Esto quiere decir que para tener éxito hay que levantarse muy temprano?. No, para nada. Las personas nocturnas pueden tener muchísimo éxito, es sólo que está demostrado que las personas que se levantan temprano tienen más posibilidades. ¿El motivo?, Porque si tu actividad comienza antes que la del resto estás ganando una enorme ventaja competitiva. Más sobre esto, luego.

Entonces, si la motivación no va a ayudarte a levantarte más temprano y conquistar tu día de forma sistemática, ¿qué lo hará? La clave es encontrar tu propia respuesta a la pregunta de ¿por qué?.

Obsesión

Levantarse temprano como parte de un método o procedimiento me resulta bastante complicado, ya no sólo porque inconscientemente sé que no tengo por qué hacerlo, sino porque he de re-educar mi naturaleza nocturna traicionándola cada mañana.

He probado prácticamente todo: desde poner el despertador lejos de la cama, melatonina para inducir un sueño más reparador, afirmaciones y visualizaciones antes de dormir, rituales antes de acostarse… de todo.

Aunque todos estas acciones son positivas, lo esencial, lo básico, lo imprescindible es que encuentres un motivo por el que levantarte más temprano.

Es vital entender que esto no tiene nada que ver con la fuerza de voluntad. Todos podemos dormir tres horas durante una semana, pero eso es un sacrificio. Por otro lado nadie puede aguantar ese ritmo indefinidamente. Para conquistar el día cada mañana y desarrollar lo que quieras ser debes de querer hacerlo. Debes de ansiarlo por encima de todo lo demás, por encima de quedarte en la cama bajo el calor de las sábanas. No se trata entonces de un sacrificio, es una necesidad.

¿Recuerdas cuando eras niño/a y y los reyes magos o papá Noel te traían los regalos? Probablemente no podías aguantar más en la cama aunque todavía fuera de noche. Tenías unas ganas locas de salir corriendo a disfrutar de tus regalos. Estabas entusiasmado/a. Con la edad lamentablemente vamos perdiendo la capacidad de asombro propia de los niños/as, pero lo importante aquí es que recuerdes cómo era ese sentimiento. Si puedes encontrar lo que te provoque aunque sea un pequeño porcentaje de esa sensación de entusiasmo, no importa la hora que sea o lo que hayas dormido: querrás más y actuarás en consecuencia.

Ahora bien: ¿cómo encontrar lo que te provoque el suficiente entusiasmo como para levantarte voluntariamente a las 6AM o antes?. No hay una respuesta clara; tienes que encontrarlo por ti mismo/a. No te preocupes, no hay una opción mala para elegir. Si todavía no has comenzado a caminar no puedes perderte. Lo importante es comenzar, dar el primer paso. La motivación vendrá cuando percibas tu progreso, no antes.

En mi caso, lo que realmente hace que salte de la cama (bueno, a veces no es saltar precisamente lo que hago, sino más bien arrastrarme) es mi deseo de aprender. Lo primero que hago tras lavarme la cara y hacerme un enorme café es estudiar.

Siempre me ha gustado aprender algo nuevo pero llevo tanto tiempo haciéndolo de forma sistemática que ahora lo necesito. Lo que aprendo lo puedo aplicar en mis clases, en mi podcast, en mis entradas, en ayudar a la gente. Crezco como profesional y como persona gracias a lo primero que hago cada mañana.

Como el movimiento engendra movimiento, una vez pasada la primera fase de apatía se crea un hábito que se retro-alimenta: cuanto más haces más quieres hacer.

Una vez encuentres tu visión, tu versión en el futuro, debes perseguirla incesantemente sin importar el cómo y el cuándo. Debes de necesitarla por encima de cualquier otra cosa. Debes ansiarla con todas las fuerzas. Esa es la obsesión que te hará amanecer dos, tres o cuatro horas antes que el resto de las personas, de forma sostenida.

Todo comienza la noche anterior

En mi rutina diaria tengo especial cuidado en la hora a la que quiero acostarme.

El momento en el que te acuestas en tu cama es mucho más importante de la hora a la que quieres levantarte. Centra tu atención y esfuerzos en él.

Si desconectas en el momento oportuno, levantarte a una hora determinada es una consecuencia automática. Has de descontar las horas que tú sepas que necesitas para descansar a la hora que quieres levantarte (en mi caso, son 6 – 7 horas las que necesito para un descanso óptimo) y tratar por todos los medios cumplir ese objetivo construyendo el resto de tu día en torno a él.

De todas formas por muy estricto que seas tienes que asumir que, sobre todo al principio, estarás muy cansado/a y es normal ya que tu cuerpo debe acostumbrarse poco a poco al nuevo horario.

No desesperes, poco a poco te encontarás mejor. Te ayudará mucho la satisfacción de comenzar tu día consiguiendo un objetivo por el que muchos suspiran.

Analiza tu descanso

Uno de los factores esenciales para poder levantarte antes que el común de las personas, es el descanso. Como hemos visto antes es vital que designes tus horas de recuperación y sueño y cumplas el horario lo más estrictamente posible. Si no lo haces o lo haces a medias aguantarás algunos días pero al final el cansancio no te perdonará.

Además de cumplir un horario y hacer los sacrificios que sean necesarios para asegurarte una cantidad de sueño óptima, no está de más que audites la calidad de tu sueño. No hay dos personas con los mismos patrones de sueño, pero sí que hay ciertas pautas que todos repetimos: el sueño ligero y el sueño profundo. Por hacerlo breve, es mucho mejor y más natural despertarse en una fase de sueño ligero que en sueño profundo. Si tu alarma suena cuando estás en fase profunda te levantarás bastante más apagado y confuso que si lo haces en sueño ligero. De hecho, es mejor dormir menos y levantarse en sueño ligero que dormir media hora o una hora más y despertarse en fase profunda.

Hoy en día hay multitud de gadgets y Apps que te permiten llevar un control de tus ciclos de sueño y, entre otras características, despertarte antes de la hora programada si estás en sueño ligero (ejemplo: alarma a las 7AM pero con hasta treinta minutos de adelanto si estoy en fase de sueño ligero). Te recomiendo Sleep as Android y Sleep Cycle. He probado las dos y te aseguro que funcionan. Úsalas.

Yendo un poco más allá también te aconsejo que te hagas con algún gadget wearable que te ayude en este propósito. Una simple Xiaomi Mi Band incorpora una función de análisis de sueño (además de otras funciones) y una alarma que te despierta cuando estás en fase de sueño ligero. Te lo aconsejo porque personalmente tengo una desde hace poco y me está ayudando muchísimo. En lugar de despertarte con el sonido horrible del despertador, la pulsera te despierta con una suave vibración en tu muñeca.

Morning routine

Vale, entonces has conseguido poner un pie voluntariamente fuera de tu cálida y confortable cama a las 6AM, ¿ahora qué?. Es fundamental que sepas de antemano lo que vas a hacer. No basta con saber qué te gustaría hacer como hemos visto antes. Tus acciones desde que pones el pie fuera de tu cama deben estar desglosadas en elementos accionables que no te permitan pensar más allá. Necesitas una rutina.

He hablado en otras ocasiones de lo importante que es someter a una rutina los aspectos no esenciales de tu vida para poder obtener un resultado notable en lo que sí es esencial, así que no profundizaré aquí; baste decir que debes tener programado lo que vas a hacer ya que, de lo contrario, volverás a la cama porque es el peor momento del día para la ambigüedad.

Necesitas saber qué vas a hacer y cuándo para alinear tus esfuerzos en cumplirlo. Un ejemplo simplificado basado en la mía:

Mañana:

  • 6:00 AM: Levantarse.
  • Café / agua fría.
  • Aprendizaje / exposición.
  • Desayuno.
  • Aprendizaje / exposición.
  • Aseo.
  • ~11:00 AM: Proyectos y tareas.

Obviamente, ya tengo definido exactamente qué voy a desarrollar bajo aprendizaje / exposición y en proyectos y tareas. En mi review semanal planifico todos estos aspectos para cada día de la semana. Aprovecho para comentarte que estoy preparando un artículo sobre cómo programar y planificar tu vida, es decir, objetivos, tareas y proyectos y qué papel tiene la concentración en todo esto. Si estás leyendo este artículo, creo que te gustará.

De víctima a verdugo

Comenzar el día con una victoria es una sensación adictiva. Por encima del cansancio o del desconcierto típico de poner un pie fuera de la cama cuando todavía es de noche, está la satisfacción de mandar sobre el día y decirle lo que quieres de él en lugar de a la inversa.

Es posible que el resto de tu día traiga alguna sorpresa negativa, personas tóxicas o, en general, cualquier otro tipo de situación estresante, pero siempre te quedará la satisfacción de que la primera acción de tu día ha sido diseñada, planificada y ejecutada por tí mismo, de forma plenamente consciente. ¿Te das cuenta de lo importante que es esto?. Quiere decir que tienes un plan, una visión y que estás acercándote cada día a ella, pieza por pieza.

Conclusión

Todas los seres humanos contamos con la misma cantidad de tiempo. Es el único factor que no distingue de raza, sexo o clase social; es igual para todos. Comenzar tu día antes que los demás no sólo te da un tiempo extra precioso donde reina la tranquilidad y el silencio, sino que literalmente te sitúa por delante del resto de personas que prefieren seguir dándole al botón “snooze” de su alarma indefinidamente.

Si quieres comenzar a conquistar tu día espero que mi experiencia te ayude en tu camino. Ni mucho menos he conseguido crear el hábito de forma sostenida, pero estoy haciendo progresos tras años —literalmente— de intentarlo.

La posibilidad de tener varias horas de tiempo al día, de fabricar tiempo está en tus manos. Lo que hagas con ese tiempo puede cambiar tu presente y tu futuro, pero simplemente la oportunidad merece la pena, ¿no?.