Sobre Mí
Estoy obsesionado con entender cómo funcionan las cosas: las personas, los sistemas, la tecnología… y yo mismo. Para mí, lo técnico no basta. La verdadera maestría no es solo cuestión de herramientas o frameworks: implica comprender el conjunto—el craft, el contexto y el factor humano, ese que casi siempre se pasa por alto.
Creo que la era de la IA es, a la vez, el mayor desafío y la mayor oportunidad para quienes construimos y pensamos. La curiosidad no es opcional. La maestría es esencial. Pero lo que realmente marca la diferencia es saber cuándo dar un paso atrás, cuestionar los dogmas y mirar el conjunto.
Me tomo mi trabajo como un artesano: con disciplina, con escepticismo y con un deseo constante por mejorar. Mi visión es holística. Combino profundidad técnica y principios humanistas, porque estoy convencido de que el futuro pertenece a quienes sepan tender puentes entre ambos mundos.
Estamos al borde de una nueva era: la tecnología amplifica, pero nunca reemplaza lo que nos hace humanos. El verdadero poder está en desbloquear creatividad, criterio y significado. Es ahí donde el ser humano siempre va a destacar.
En esa intersección me muevo: impulsando el Frontend, creando herramientas y narrativas para quienes quieren pensar más a fondo y construir mejor, sin perder nunca de vista a la persona que hay detrás.
Algunos de mis proyectos recientes:
- FrontendLeap — un programa estructurado para llevar a desarrolladores de cero a junior “AI ready”, cerrando la brecha entre fundamentos, workflow y las nuevas exigencias del sector.
- EscuelaVue — formación avanzada en Vue.js y frontend moderno, pensada para quienes quieren ir más allá de la superficie y construir con intención.
- Maestría — una exploración personal sobre los desafíos universales: crecimiento, disciplina, resiliencia y la búsqueda de sentido en el trabajo y en la vida.
- Guizmo — un proyecto extremadamente personal. Fue mi primer encuentro real con la pérdida y la muerte: adopté un gato negro de la calle, y acompañarle hasta el final me abrió la puerta a la filosofía y al humanismo. Lo comparto únicamente porque las lecciones de esa experiencia marcaron mi manera de ver el mundo y de entender la compasión.