He dedicado parte de mi vida profesional a enseñar desarrollo Web frontend. De los medios que he utilizado en todos estos años, de lejos el que más ha calado conmigo es el presencial.
Echo de menos el contacto con el alumno. Pero ese es otro tema.

Horas y horas dedicadas a ayudar a otras personas a aprender a programar Webs desde cero me han dado una perspectiva única.

Ahora sé lo que funciona y lo que no, ¿y sabes por qué?, porque lo he probado con cientos de alumnos y alumnas de todas las edades y trasfondos.

Lo que vas a leer a continuación es una reducción del método que utilizo para enseñar desarrollo Web. Lo he dividido en tres pilares.

Pero antes de empezar hay algo importante que tienes que preguntarte: ¿por qué?. ¿Por qué quieres aprender desarrollo Web?, ¿por qué quieres convertirte en desarrollador Web profesional?.

Es una pregunta sencilla y directa, pero te sorprenderías de las respuestas que he recibido (el silencio también es una respuesta) cuando lanzo esta pregunta en la primera entrevista con el alumno.

Junto a los beneficios de esta profesión también encontrarás grandes desafíos. La clave es que tienes más posibilidades de superarlos si tu motivación es fuerte y parte de ti.

Querer trabajar en remoto para estar más tiempo presente con tus seres queridos es una razón de peso y suele funcionar. Querer ganar más dinero —sin más, no.

Construye algo tangible

Si tienes que quedar con solo una idea, que sea esta: necesitas practicar. Este es el primer pilar: haz algo práctico. En este punto de tu camino puedes mandar a la mierda la teoría.

Es más, todo aquello que intente circunvalar, evitar o, directamente, atajar el proceso reduciendo la parte práctica, es una tomadura de pelo.

Para aprender de verdad debes practicar. Todo el mundo lo sabe, ¿no?. Entonces ¿por qué no lo hacemos?. Porque da asco, sobre todo al principio.

Hay algo fascinante y liberador en decir las verdades. Lo que nadie quiere escuchar. Esta es una de ellas.

Ver a una persona tambaleándose en sus primeros pasos frente a un editor de código es estresante, incluso desagradable. Ahí estás tú, intentando hacérselo más fácil, mientras por dentro piensas “… Y lo que te queda”.

Haz ese “algo”, tuyo

La práctica es importante. Vital. Pero no es suficiente practicar con cualquier cosa. Es aquí donde entra el segundo pilar: la pertenencia.

La pertenencia es un valor fundamental compartido por todos los seres humanos. No tengo que conocerte para saber que si crees que algo te pertenece —que es tuyo— le darás más importancia.

No solo necesitas crear algo tangible con tu conocimiento como (proyectos, demos, prototipos, etc) sino que deben ser tus creaciones. Aquello que tú quieres construir.

No delegues el qué construir en otra persona, mentor o curso. Elige algo y lánzate. Será desagradable, pero necesario. Además, necesitas pasar por ello cuanto antes. De lo contrario, más tarde o más temprano, acabarás pagándolo con intereses.

No importa si inviertes semanas (invertir aquí es palabra clave), una vez construyas el primer proyecto, construye otro. Luego otro. Y otro. Y nunca pares.

La magia de este sistema (¿es un sistema o sentido común?) es que con cada nuevo proyecto estarás incluyendo lo aprendido en el anterior.

Es una forma orgánica de reforzar lo aprendido. Algo parecido al interés compuesto. En cada ocasión será un pequeño porcentaje más sencillo y tu nivel de inmersión y satisfacción irá creciendo. Esto me lleva al último pilar.

Aprende a disfrutar del proceso

Nadie quiere dedicar ocho (o más) horas al día a sentirse miserable. Esta perspectiva solo es aceptable si es temporal. Y solo lo será si juegas bien tus cartas.

No sé para ti, pero para mí disfrutar es un requisito fundamental para hacer lo que hago. No concibo mi trabajo de otra forma.

Es aquí donde entra el tercer pilar: tu Maestría.

Si dedicas tiempo de forma consistente a aplicar de forma práctica aquello que aprendes, ¿qué crees que ocurrirá pasados seis meses, un año o dos años?.

  1. Tendrás la suficiente perspectiva y experiencia para empezar a disfrutar —dominar— el proceso. Te darás cuenta por qué, cuando sucede, ya no hay vuelta atrás.
  2. Tendrás un bagaje práctico a tus espaldas que te permita acceder con ciertas posibilidades a un proceso de selección para Junior Frontend. Puntos extra si documentas tu aprendizaje. Puntos mega-extra si lo haces también en inglés.

Si quieres una profesión a largo plazo, necesitas conquistarla, necesitas saber que dominas. Esto solo se consigue usando las matemáticas a tu favor: práctica x tiempo = maestría.

Esta es la magia. No necesitas rezar, suerte o suplicar al universo. Todo depende de ti. Sabes que es matemáticamente imposible que si dedicas tiempo consistente a transmutar ese conocimiento construyendo algo práctico, más tarde o más temprano encontrarás tu oportunidad.

Y ahora, ¿qué?

Todo lo importante en la vida comienza con un primer paso. Es el paso más complicado, pero también el más necesario.

Recuerda que la misma actividad puede robarte energía o inyectártela. Todo depende de tu nivel de preparación y experiencia.

Sigue intentando encontrar atajos o comprando cursos de cero a experto si lo deseas, pero cuando intentes hacer algo por tu cuenta, estallará la burbuja en la que vives.

Lo siento, esto no funciona así. Te estás autoengañando.

Empieza a escribir código y a construir cosas. Asume la frustración y el tedio de comenzar algo nuevo. Algo que —por ahora— es completamente ajeno, pero también la puerta a la vida que quieres, y no dejes de hacerlo.

Es lo único que necesitas.