Si le preguntaras a diez, cien o mil personas sobre cuál es su idea de la felicidad, la mayoría pensará en la palabra “confort”. En nuestra sociedad el concepto de fácil, sencillo y sin esfuerzo van de la mano, dando a entender que uno es el camino a otro. Es una pena que no se corresponda con la realidad.

Es complicado culpar a alguien por pensar así. Si toda tu existencia se basa en hacer cosas incómodas (por compromiso, obligación, etc.) es lógico suponer que si eliminas lo incómodo de tu vida, serás feliz. Esta es la razón principal por la que tú y yo tenemos tantas ideas que nunca se pusieron a prueba. Tantos proyectos, cursos, libros y objetivos que nunca entraron en acción.

Perseguimos los beneficios sin el proceso, el resultado sin pasar por la incomodidad y el tedio. Estamos obsesionados con los “quick wins” (la versión reducida e idealizada del trabajo duro y el esfuerzo), aunque estos no existan. Aún en el raro caso de que entremos en acción, abandonamos ante el primer obstáculo.

Los seres humanos huimos de la frustración porque nos hace sentir vulnerables, incómodos. Nos recuerda nuestra naturaleza endeble. Nos viene a decir que ni somos tan buenos ni lo sabemos todo.

Si crees que no eres feliz no es por culpa de la incomodidad, es porque te sientes incómodo/a por los motivos equivocados. Tu trabajo no es incómodo, tú te sientes incómodo/a porque no quieres trabajar en él, ya que tu jefe y/o compañeras son gilipollas (por ejemplo). Pero tienes que hacerlo. Esto es extensible a cualquier otro aspecto de la vida (pareja, familia, negocios, etc.).

Debes entender que nada que merezca la pena está exento de una buena dosis de dificultad, dolor y frustración. Da igual lo que quieras ser o aprender. Como dice Robert Greene en Mastery es así como funciona el cerebro humano. Los primeros pasos en ese nuevo objetivo serán desagradables por la cantidad de información a asimilar (si alguien te lo vende de otra forma, miente). Para soportar el proceso debes de ser tú quién elija. Debes elegir por ti, no por otra persona ni por obligación o conveniencia.

Entiendo que resulte difícil de entender, pero nunca me he sentido más vivo que en mitad del dolor y la frustración de la lucha por hacer algo que para mí, merece la pena.

No seas ingenuo/a y no huyas de la frustración. Es tu mejor amiga. La necesitas. La búsqueda hedonista del confort por el confort solo te hará más miserable.

¿No lo está haciendo ya?.