Todo parece seguro hasta que deja de serlo. Creo que esa sería una gran definición de este 2020.

Cuando los engranajes del sistema en el que vivimos funcionan correctamente, la vida se convierte en algo confortable y predecible. Te sientes seguro/a y asumes que tu realidad de los últimos meses o años será siempre esa.

Pero la seguridad solo existe en tu cabeza. Lo que es peor, creer que existe te puede impedir crecer.

Por mucho que esté escrito en documentos y contratos o te lo hayas repetido a ti mismo/a, no hay nada seguro. No existe el trabajo indefinido, ni la salud eterna ni el tiempo ilimitado. Es una quimera. Deja de perseguirla.

Pienso que el ser humano es la mayor máquina de adaptación. Mientras que otros mamíferos necesitan pocos meses para formar sus capacidades, nosotros necesitamos dieciocho años para poder ser considerados adultos. El cerebro humano es una máquina maravillosa.

Sin embargo muchos de nosotros/as renunciamos a esa capacidad de adaptarse y mejorar a cambio de una falsa sensación de seguridad.

De niños/as nos queremos comer el mundo. Nada es imposible y la vida es un juego lleno de exploración y nuevas posibilidades. Como adultos la mayoría vivimos vidas grises, predecibles, anodinas… pero seguras.

Cuantas decisiones y oportunidades son desaprovechadas cada día. Están ahí. Siguen ahí. Es sólo que hemos perdido la capacidad de verlas porque pensamos que no nos las necesitamos.

Huir del riesgo y buscar la seguridad y el confort se ha convertido en el mayor riesgo que puedes correr.

¿Qué hacer entonces?. Necesitas un plan de emergencia. Parecido al que te encuentras impreso en el asiento de enfrente cuando viajas en avión.

Necesitas reactivarte y exponerte. Necesitas tomar el control y construir un muro protector alrededor tuyo y de tu familia. Nadie lo va a construir por ti.

No des nada por seguro, adquiere nuevas habilidades o perfecciona las que ya tienes y, sobre todo, toma decisiones y busca siempre la excelencia en lo que haces.

Hazlo y pronto te darás cuenta de que fuera de tu zona de confort es donde ocurre la vida. Que en la inseguridad y en el riesgo de valerte por ti mismo/a y perseguir unos ideales —irónicamente— encontrarás la verdadera confianza y seguridad.