Cierra los ojos e imagina (solo por un instante) lo peor que te puede pasar.
Casi con toda seguridad imágenes de enfermedad o situaciones extremas necesidad habrán pasado por tu cabeza.
Terrible, sin duda, pero, ¿sabes que?: hay algo peor que la enfermedad. Existe algo mucho peor que lo que la mayoría de personas considera lo peor.
Yo lo llamo muerte en vida y es difícil de diagnosticar. Aparentemente estás sano. Desde fuera parece que las cosas te van bien.
Pero cada noche al finalizar el día sientes que la vida se te escapa.
No eres capaz de recordar en que momento perdiste o —mejor dicho— cediste el control. Ahora, ni tu mismo/a te entiendes.
¿Por qué es lo peor?. Porque ante la enfermedad, el despido, el divorcio o cualquier otra perdida existe un consenso. Todos/as conocen la gravedad. En el caso de que seas el protagonista, sabes que tienes que actuar.
No hay dudas. No hay titubeos.
Sin embargo, hoy en día es posible vivir sin vivir, escuchar sin oír, entender sin aprender. Como un autómata, desarrollando poco que tus funciones vitales básicas.
¿Qué sentido hay en salir de este mundo (nuestro destino final) apenas más consciente de que como llegaste?.
No soy capaz de encontrarlo.
Alguien dijo una vez que la mayoría de personas muere a los 20 años. Aunque las entierren con 80.
¿Es posible escapar de este purgatorio de la mediocridad?. Sí. Estoy seguro. De hecho, cada día tenemos la oportunidad de hacerlo, pero dejamos que la alarma siga sonando asesinando nuestros propios sueños.
Hay algo peor que morir y la muerte en vida.
Quién sabe. Quizás estés muerto. Es solo que no te has dado cuenta.