Hace muy poco que he finalizado el libro “Essentialism: The disciplined pursuit of less” y ha supuesto una revelación y re-afirmación en mi forma de pensar. Mucho de lo que he aprendido en la obra ya lo sabía o intuía de alguna forma; el libro únicamente ha hilvanado cada concepto hasta unir las piezas del puzzle. Tras leer Essentialism me reafirmo más que nunca en que el 90% de lo que ocurre a nuestro alrededor y pensamos que es importante, no lo es y, como no lo es, no debemos seguir prestándole atención. Permíteme que me explique.

No puedes tenerlo todo

No puedes hacerlo todo, lo sabes perfectamente aunque lo sigues intentando. No puedes tener diez prioridades, estar en cuatro proyectos a la vez, contestar correos-e de tres en tres y acudir a todas las reuniones. Si quieres lograr un resultado notable en lugar de mediocre, debes elegir. Debes aprender a diferenciar lo esencial de lo que no lo es. Debes aprender a decir que no. Lamentablemente, no hay un método universal para saber qué es esencial y qué no lo es ya que esto varía dependiendo de cada persona.

Personalmente he encontrado mucho más sencillo discernir entre lo esencial y el resto (además de mi propia intuición y conocimiento de mí mismo) si lo comparo y contrasto con mis objetivos, con mi visión personal a cinco, diez o veinte años vista —sí, la tengo. De esta forma puedo saber si cada decisión está alineada o no con mis objetivos; sé si es esencial en mi camino o no lo es. Esto abre otra cuestión importante: ¿cómo sé lo que quiero hacer con mi vida?, ¿cómo sé lo que me apasiona y en lo que soy bueno?.

Sean McCabe pone un ejemplo que creo que te servirá: imagina que vuelves de tus terceras vacaciones este año. Tienes todo el dinero que puedas necesitar además del mejor coche, casa, etc. Es decir, no quieres viajar más por un tiempo y ya no necesitas más posesiones materiales. Entonces, ¿qué es lo siguiente que harías?, ¿a qué dedicarías tu tiempo?, te levantarías del sofá para hacer… ¿qué?. Responde a esa pregunta y desde ese momento tendrás un pequeño atisbo de lo que es esencial para tí. Ahora sólo tienes que alinear tu pensamiento, tus acciones y tu vida con ese objetivo.

Less but better: haz menos pero mejor

Una de las premisas principales del libro es el concepto de Less but better, es decir, el hacer menos de lo no esencial para poder hacer más de lo esencial y conseguir la mayor contribución posible durante nuestra vida.

El esencialismo no trata de obtener más tiempo. No es una técnica de productividad o de optimización de recursos. No tiene nada que ver con procedimientos para hacer menos. Se trata de hacer únicamente lo adecuado, lo esencial de acuerdo a nuestra forma de ser y pensar.

Se trata de perseguir un objetivo: re-tomar el control de nuestra propia vida a través de elecciones conscientes para hacer únicamente lo esencial, lo que nos trae felicidad y sentimiento de plenitud a nuestra vida.

La forma de aplicar el esencialismo es cuestionarse de forma crítica y analítica cada decisión y aspecto de nuestra propia vida, teniendo claro que, como hemos visto antes, no puedes abarcar todo: es imposible. Ante cada elección hay que hacerse la pregunta: ¿es esto realmente importante? Y tener el valor de aceptar la respuesta y obrar en consecuencia.

Por ejemplo, en mi caso he eliminado gran cantidad de ropa que no me he puesto en mucho tiempo. Seguía en mi armario porque al verla me hacía la pregunta —y tú también: ¿hay alguna posibilidad de que me ponga esto en el futuro?. Realmente no es una pregunta, es una excusa para no decidir. La pregunta correcta a aplicar en nuestra vida es: ¿estos pantalones realmente me encantan?. Como consecuencia de esa pregunta casi la mitad de mi armario ha desaparecido, pero ahora lo que queda es esencial para mí.

Otro ejemplo personal que puedo ofrecerte es mi propio blog que estás leyendo ahora. He eliminado —casi— todo lo superfluo que puedes encontrar en otros blogs: popups, botones de redes sociales, contadores, enlaces sugeridos, etc. Únicamente he dejado lo importante, lo esencial: el contenido en sí.

Este mismo principio lo estoy aplicando en todas y cada una las facetas de mi vida. Si algo o alguien no encaja en mi forma de ser, en mi realidad o es un obstáculo en la persecución de mis objetivos, simplemente lo aparto.

Por otro lado debemos ser conscientes de que el sentimiento de pertenencia de un objeto es extremadamente poderoso. Igual de poderoso —si no más— lo es el apego emocional a ciertas personas. Tendemos a apreciar más allá de lo razonable lo que poseemos o conocemos y ello nos nubla el juicio a la hora de elegir y, para ser esencial hay que elegir constante y conscientemente.

Fuck yeah or not: haz sólo que te complete y te llene

Half of the troubles of this life can be traced to saying yes too quickly and not saying no soon enough. ~ Josh Billings.

¿Cuántas veces has dicho sí a algún plan o actividad sin estar convencido/a?, ¿en cuantas ocasiones te has comprometido a algo sabiendo que no lo vas a disfrutar?. Tendemos a querer hacer todo, tenemos miedo a perdernos algo aunque ese algo no nos emocione o resuene con nuestra forma de ser. La presión social, el sentimiento de pertenencia a grupo y sobre todo el miedo a la soledad nos hacen tomar decisiones que no sólo no aportan nada a nuestra vida sino que nos hacen ser más infelices.

Bien, ¿sabes una cosa?: todos vamos a morir. Tú vas a morir. Yo voy a morir. Realmente no nos queda tanto tiempo como imaginas. ¿Quieres seguir derrochándolo en experiencias vacías y que sabes que no te gustan, no te convienen y no te aportan nada?, ¿quieres seguir viviendo por inercia?. Yo creo que no, de lo contrario no estarías leyendo esto.

Essentialism define este fenómeno con “fuck yeah or not”, es decir, un “SI” rotundo, completo, sin paliativos o un “no” igual de inamovible. Dicho de otra forma, si no te encanta y resuena contigo en cada poro de tu piel mejor déjalo pasar: no es para ti.

Obviamente todos tenemos algún eventual compromiso social ineludible, pero fuera de esas situaciones debemos examinar a lo que decimos sí en nuestra vida privada y profesional y preguntarnos: ¿es esto realmente lo que me motiva?, ¿es esto lo que realmente me importa?.

Únicamente identificando y eliminando de forma sistemática los obstáculos —lo no esencial— se pueden lograr las experiencias que nos llenan, enriquecen y nos hacen ser la persona que queremos ser —lo esencial.

Rutina: dedica tu energía a lo que tiene un impacto real

Existe una connotación peyorativa en la palabra rutina. Generalmente se asocia con apatía o estancamiento. Ese es el concepto de rutina que tiene la mayoría de las personas, de ahí la frase “caer en la rutina”. Sin embargo, el poder de una rutina es incalculable porque nos permite tomar decisiones no esenciales de forma automática y guardar la energía para lo realmente esencial.

Cada vez que repetimos un comportamiento o acción determinadas neuronas establecen una conexión. Esta conexión se establece y refuerza con cada repetición de la misma acción hasta llegar a un punto en que el cerebro deja de notificarnos el proceso, deja de prestar atención y de alguna forma nosotros dejamos de ser conscientes de lo que estamos haciendo. Esta es la explicación al porqué uno tiene la sensación de haber conducido a casa y no haberse dado cuenta, por ejemplo.

En lugar de gastar energía continuamente (no es ilimitada) en las mismas decisiones día tras día, usando una rutina, podemos pre-definir esas decisiones y centrarnos en las actividades más importantes y esenciales para nosotros.

Ejemplos de rutina válidos son:

  • Matinal (qué hacer tras despertarte).
  • Nocturna o cooldown (acciones a realizar antes de descansar).
  • Atuendo (qué ropa ponerte entre semana).

La claves es automatizar esas acciones habiendo tomado las decisiones previamente. Por ejemplo, y en mi caso particular, en lugar de pensar en qué me voy a poner los días de trabajo, ya tengo listo una combinación de prendas que repito una y otra vez. De hecho, tengo el armario ordenado de esa forma. Mismo tipo de calzado. Mismo tipo de prendas. No pierdo el tiempo en decidir cada día.

Como dice el libro:

Los patrones de acciones personalizados (rutinas) ayudan a liberarte de las demandas de atención de tu mente ante cada decisión, permitiendo una intensa concentración en lo que realmente importa.

Olvida el futuro o el pasado, el ahora es esencial

He hablado en otras ocasiones de lo importante que es vivir el momento, por eso me ha sorprendido mucho encontrar este consejo en el libro. Si lo piensas, tiene todo el sentido del mundo: ¿cómo no va a ser imprescindible estar presente conscientemente en el momento para saber qué acción es esencial y cuál no?.

Para encontrar lo esencial hay que dedicar toda nuestra atención —con energías renovadas gracias a las rutinas— a lo que realmente nos importa, no ayer, no mañana, hoy, en este mismo momento, el único lugar en el espacio-tiempo en el que puedes dejar una huella.

Tampoco es la primera vez que hablo de lo perjudicial que es la multi tarea si queremos realizar un trabajo notable.

El libro sobre Essentialism nos recuerda que el problema no es hacer varias cosas a la vez. Esto es perfectamente posible y de hecho lo hacemos constantemente. El problema es que no podemos concentrarnos en dos cosas a la vez y, como ya he mencionado, la concentración es vital para poder saber qué es esencial en nuestra vida. De esta forma, la multi tarea es un enemigo de lo esencial, son dos conceptos completamente antagonistas y que no pueden convivir. Dicho de otra forma, si quieres hacer menos pero mejor, debes de vivir el momento y estar presente con toda tu energía y concentración.

Explora con sentido crítico

Otra de las ventajas de aplicar el esencialismo a nuestras vidas es que, precisamente por decir no y elegir, puedes darte el lujo de experimentar. De hecho, debemos explorar con sentido crítico cada oportunidad para ver hasta dónde merece la pena para integrarla en nuestras vidas (en nuestra rutina) o desecharla.

Date cuenta de que esta es una forma de ser contraria a la común: decir a todo que sí por inercia sin profundizar en nada una y otra vez.

Esencialismo emocional

Quizás te estés preguntando si además del esencialismo físico o material, existe un esencialismo emocional. Es una pregunta que yo también me he realizado y sí, lo hay. Hace ya tiempo que leí The One Skill de Leo Babauta. Tras leer Essentialism lo he re visitado con una nueva perspectiva, más amplia.

The One Skill trata de dejar ir lo que no nos conviene emocionalmente para simplificar nuestra vida. Es otra forma de decir centrarse en lo esencial. Te lo recomiendo (su blog, Zen Habits, también) como complemento al libro sobre el que gira esta entrada. Es un eBook gratuito.

Conclusión

Por mi propia experiencia puedo decirte que nada de lo que he descrito es sencillo de aplicar. Buscar lo esencial en cada faceta de nuestra vida requiere un esfuerzo continuado y una revisión constante. No en vano, en el título del libro encontramos “The disciplined pursuit of less”.

Hacer únicamente lo que nos llena, nos completa y nos acerca un paso más a nuestros objetivos y a nuestra visión de futuro requiere un método y disciplina para aplicarlo cada día. Por otro lado, no puedes pretender experimentar un cambio si sigues haciendo siempre lo mismo, repitiendo las mismas pautas y los mismos comportamientos.

Tengamos más o menos disciplina, comenzar a buscar lo esencial es muy sencillo. A partir de ahora, ante cada decisión pregúntate: ¿realmente me encanta esto?, ¿esto se alinea con mis valores, con lo que quiero llegar a ser?. Sé sincero/a contigo mismo/a y ten el valor de automatizar/eliminar lo no esencial y vivir plenamente tu búsqueda de lo esencial.